Calificar a Banksy como un fenómeno cultural, a estas alturas es trillado, pues este en menos de tres décadas, se ha convertido en un ícono y referente del arte contemporáneo. Debido a que documenta y satirizar públicamente los problemas que vivimos en nuestro tiempo; a través de su inconfundible firma artística, la cual acapara la atención de simpatizantes y perseguidores a su causa.
Desde el comienzo de su fama a nivel mundial, diversas instituciones se han esforzado por revelar la identidad del artista, que pretende permanecer en el anonimato, para evitar situaciones adversas por posibles “violaciones a la civilidad y moral”. Ejemplo de ello, marzo de este año, donde científicos de la Universidad Queen Mary de Londres, declararon, con la ayuda de procedimientos informáticos usados para encontrar criminales habían encontrado la encarnación de Banksy, un hombre de 40 años, originario de Bristol, de nombre Robin Gunningham. Pero esta teoría es poco aceptada, pues dicho sujeto es un egresado de un colegio elitista que cobra 9,240 Libras al año, lo que contrasta con el aparente compromiso anticapitalista del artista.
Robin Gunningham.
Sin embargo, la indagación continúa, y las últimas noticias acerca de la identidad de Banksy lo relacionan con el integrante de la popular agrupación de trip-hop inglesa Massive Attack, Robert Del Naja. Desencadenando una controversia en redes sociales después de que Craig Williams, estudiante escocés de periodismo, publicó en su blog, un seguimiento minucioso alrededor del globo de las apariciones registradas de graffitis de Banksy, y la actividad en conciertos y otros proyectos del líder de Massive Attack en años recientes.
Robert Del Naja el posible Banksy.
Por si esto no fuera suficiente, las obras públicas de Banksy han causado gran controversia, debido a que estas son consideradas objetos de valor artístico, los cuales los propietarios de los inmuebles donde éstos fueron plasmados cotizan y venden, por hasta 700,000 USD, a coleccionistas, quienes posteriormente exhiben las obras en galerías. Actos que ha desembocado en una serie de reflexiones públicas acerca de la comercialización del street art, que tiene como elemento principal el hecho de ser público, expresiones anónimas con un alto impacto de denuncia a los problemas sociales contemporáneos.
Dicha controversia ha llevado a Colin Day, un cineasta, a documentar el tema y mostrar las perspectivas de todos los involucrados en el tema, Saving Banksy; un film que se estrenó en Festival de Cine de Nashville, celebrado en abril. A lo largo de este, se expresan los comentarios y perspectivas de famosos artistas del street art a nivel mundial, sobre la supuesta falta de ética que hay en ponerle precio a piezas de carácter público, para luego atraparlas en una galería.